sábado, 23 de junio de 2018

JOAQUÍN GÓMARA GARCÍA
Un ejemplo de riojanismo


Nace en Logroño un 9 de Junio de 1940 (actual Día de La Rioja) en la castiza y conocida en el mundo entero, calle del Laurel (La Laurel, como popularmente se llama). Hijo de Joaquín y de Pilar, ambos logroñeses. Es el segundo de cinco hermanos, tres mujeres y dos hombres. Estudia en las Escuelas Nacionales de Gonzalo de Berceo hasta los 14 años, y a partir de ese momento y a pesar de la insistencia del Director del centro, D. Luis Sanz Mata, para que continuara su formación en el Instituto, se decide a buscar trabajo dada la situación económica familiar, con tres hermanos de corta edad.
Luis Alegre, Joaquín Gómara, Luis Pinillos, José María Sáenz de Tejada
(2015)

El único sueldo que entraba en casa en aquel momento era el de su querido padre, a la sazón dependiente de comercio en Almacenes San Bernabé (reconocido como gran vendedor en el sector) por lo que cualquier ingreso por pequeño que fuera, siempre sería bien recibido. Su padre le había presentado ante los dueños de Tejidos Selectos Elba: Casto Moreno y Jacinto Jiménez, de entrañable recuerdo para él, y acordado el incorporarlo a la plantilla una vez fuera a la mili uno de los empleados. Como la cosa se alargaba mucho, y los deseos de comenzar a trabajar de Joaquín, grandes, un buen día que pasa por la calle Herrerías observa, que en una conocida droguería, se precisaba aprendiz y se ofrece al dueño, Sabino de Carlos. Este se sorprende al ver la resolución del chaval y le pregunta de qué familia es (lógicamente conocía a su padre) y cuanto quiere ganar, a lo que le responde que ¡5 pesetas diarias! como los de la tienda de su progenitor. Así comienza su periplo laboral, hasta su jubilación a los 65 años. Entre caustica y resinas trabajó unos meses, hasta ser reclamado por Elba, dónde pasa feliz, con mil penurias propias de la dura época de posguerra, ocho años, con grandes compañeros, casi hermanos, todos ellos ya desaparecidos a los que recuerda con extraordinario cariño, en particular a José Antonio Martínez Magaña. Éste, sabedor de la delicada situación familiar que atravesaba, ya que su progenitor se había quedado sin trabajo, consiguió, por su relación con un alto mando, el que cuando le correspondió ingresar a filas, se quedase en Logroño. Realizó el servicio militar en el Regimiento de Infantería Bailén 60 de dilatada estancia en nuestra ciudad. De los jefes de Elba, solo tiene profundo agradecimiento, puesto que, entre otros muchos detalles humanos de primer orden, recuerda que fue el primer y único caso en que le pagaron el sueldo ¡íntegramente! estando en campamento, enviando el sobre a casa de sus padres todos los meses. Una vez en Logroño, al estar destinado en la Caja de Recluta y tener oficina solo por la mañana, todas las tardes, cambiado de paisano trabajó en la tienda, igualmente percibiendo el sueldo en su totalidad. De Elba fue reclamado por Andrés González-Cuevas que planeaba la apertura del comercio más elegante y señorial, que por aquel tiempo y quizás desde siempre ha existido en la capital de La Rioja. Entristecido abandonó Elba, empujado por los mismos dueños, ya que le hicieron ver que no podían darle, ni de lejos, lo que Setlan Andrés le ofrecía. Comenzó entonces otra bonita etapa profesional que valoró mucho, tanto en ese aspecto como en el humano, ya que Andrés era un hombre con mucho carácter, pero con un fondo extraordinario e inteligente en grado sumo. Trabajando con él muy a gusto durante 15 años. Un buen día le citó a una entrevista un banco de los muchos que se establecieron en España y en La Rioja, al permitir la nueva legislación en la materia la llegada de banca extranjera. Con la lealtad que su código moral y ético le aconsejaba, lo comentó con Andrés que le recomendó acudiera. Al final aquello quedó en nada ya que al tardar en responder comunicó a la dirección que no le interesaba. Más tarde una nueva oferta que no pudo rechazar le llegó por parte de otro amigo, Manuel Roldán, con quien trabajó como Jefe de Ventas, alrededor de 18 meses. Un tiempo más tarde dos buenos amigos: Ernesto Garrastachu y Juan Antonio Cerezo, abrieron la oficina de otra nueva entidad financiera y volvieron a la carga, lo cual le hizo pensar más en serio sobre el reto que suponía el cambiar radicalmente de profesión y si sería capaz de ello. Pasó un tiempo y los dos mismos protagonistas abrieron la Banca López Quesada y ya tomó la decisión de intentarlo. Después de un tiempo de trabajo trepidante y apasionante y vicisitudes varias, que culminaron con la compra de la citada entidad, por la B.N.P (Banca Nacional de París) fue nombrado Director de la sucursal de Logroño. Más tarde fue “fichado” por Caja Rioja donde permaneció 23 largos años, en el departamento comercial, como es lógico hasta su jubilación en el año 1995.
En otro orden de cosas, Joaquín ha tenido una frenética vida social, fundó y fue Vicepresidente de la Asociación de vecinos Avezo, en unos años en los que aquello era problemático. Socio de primera hora de Amigos de La Rioja, primer Vicepresidente y segundo Presidente. En la Junta de esta benemérita Asociación permaneció durante largos años, hasta que fundó con otros entusiastas el partido regionalista Alternativa Riojana, siendo su primer Presidente. Más tarde y dado es muy aficionado a la música, estuvo unos años cantando en el Orfeón Logroñés, siendo nombrado Presidente en un periodo determinado de tiempo. En todos los casos, Joaquín aportó grandes dosis de dinamismo y febril actividad, acordes con su personalidad.
En 2008 el Ayuntamiento de Logroño, le concedió la insignia de San Bernabé, galardón que Joaquín reconoció haberle hecho: “más ilusión que si le hubieran otorgado el Nobel” por venir de su querido pueblo.
Ha participado y en ocasiones organizado distintos homenajes a personajes riojanos, como el del músico Pepe Fernández Rojas, culminado con la ejecución de un busto en su pueblo natal Hormilla, o el descubrimiento de riojanos desconocidos, como la cantante y pedagoga musical Lola Rodríguez Aragón, colocando una placa en su casa natal al lado del Teatro Bretón en la calle del mismo nombre, o el del Gran Ingeniero de Caminos Carlos Fernández Casado, al que igualmente se le ubicó senda placa en Muro de Cervantes, esquina Avda. de Navarra. Durante ocho años, ha colaborado con la extinta revista Dato Económico de La Rioja, donde cada mes informaba sobre un personaje importante y destacado, con un común denominador innegociable: haber nacido en esta, para él, querida tierra. Es autor de la idea de construir el túnel entre las calles San Gregorio y San Francisco, y así se lo reconoció el Alcalde Manuel Saínz Ochoa en carta que aún conserva. En el año 2012 organizó en Logroño una Jura de Bandera con sus quintos, al cumplir sus bodas de Oro militares, a la que se sumaron todas las fuerzas vivas de Logroño y La Rioja. En la actualidad es miembro y colaborador de la Junta directiva de “El Legado de Música Sin Fronteras”, del extraordinario guitarrista y gran amigo: Pablo Sáinz Villegas. Viene trabajando, desde hace ya varios años, pretendiendo se realice una réplica del prototipo de submarino que inventó nuestro paisano Cosme García, para exponer permanentemente en plaza, rotonda u otro espacio público, precisamente este año en que se cumple el Bicentenario de su nacimiento. A tal efecto, figura como invitado en las reuniones del equipo de trabajo, que se ha formado para la ocasión en el Ayuntamiento de Logroño   
También es miembro de los Bandaluse Big Band, como clarinetista, orquesta con actuaciones variadas, dentro y fuera de los lindes de la Comunidad. 
Esta es a grandes pinceladas la movida y dinámica vida de quien ante todo se define como Riojano, Logroñés y Español a carta cabal.             


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